Noticia publicada no Faro de Vigo
Tras las elecciones de mayo el PSOE intentó formar un gobierno que en su programa incluía un plan de austeridad
MANUEL MÉNDEZ - O GROVE.- El PP de O Grove, y especialmente su concejal de Hacienda, Juan Luis Callón, desmontaron ayer buena parte de los argumentos que constituyen la línea de oposición marcada por el socialista José Cacabelos. Éste, que fue alcalde hasta junio, lleva prácticamente desde entonces pidiendo a los vecinos "que preparen el bolsillo" y advirtiéndoles de que el nuevo gobierno tripartito va a aplicar importantes subidas de impuestos para justificar su "extremado" coste y mantener unidos a los tres grupos del pacto.
Anoche se celebraba un pleno en el que se confirmaba la subida de impuestos anunciada por el socialista, pues el tripartito impulsó una modificación tributaria. Pero al mismo tiempo se demostraba que esta variación impositiva se habría producido de cualquier modo, incluso aunque el propio Cacabelos fuera el alcalde en este mandato.
Y es que Juan Luis Callón aireó un documento del que ya se hizo eco FARO hace tres meses. Se trata de la "Propuesta de gobierno 2011-2015", que el PSOE y José Cacabelos presentaron a los demás partidos políticos cuando trataban de formar una alianza para ocupar la Alcaldía, y cuando Esquerda Unida y BNG se comprometieron a dar a Cacabelos los votos necesarios para ello.
Por aquel entonces el PSOE entregó a los que podrían ser sus socios un borrador en el que explicaba que "la actual situación económica requiere de un especial esfuerzo en la gestión del Concello", motivo por el cual "el gobierno de O Grove asumirá un plan de austeridad que se caracteriza por una mejora en la gestión de los pagos", escribían los socialistas.
Es decir, que Cacabelos y su partido, en caso de mantener la Alcaldía que habían ocupado en los cuatro años anteriores, se comprometían a introducir medidas económicas como las que ahora ejecuta el PP, pero que en este caso critican y rechazan.
Pero eso no es todo, pues el socialista, cuando trataba de formar gobierno, también reconocía que la situación económica era compleja e incluso prometía "una reestructuración general del sistema tributario, con la búsqueda de nuevas fórmulas de ingresos y un respeto absoluto por el mantenimiento del bienestar y los servicios de los vecinos".
Aquella propuesta programática del PSOE y de José Cacabelos sirve ahora al PP, al alcalde Miguel Pérez y al concejal Juan Luis Callón, para insistir en que la revisión del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica es "necesaria" y constituye "una adaptación" a la realidad vigente.
En el pleno celebrado anoche se presentaba, precisamente, la revisión de esas tasas e impuestos, con "leves subidas" que a juicio del tripartito indican que un gobierno "no puede quedarse de brazos cruzados ante una situación como la actual", en la cual, insiste el PP, las arcas municipales presentan "asfixia económica".
Pero estos argumentos son ya sobradamente conocidos, de ahí que sea interesante destacar las reflexiones de Juan Luis Callón en relación con la postura de los socialistas. "Si hay alguien que miente es Cacabelos –espetó el edil de Hacienda–, pues siendo consciente de la grave situación financiera en la que dejaba al Concello se permitía el lujo de negociar subidas de impuestos con otras fuerzas políticas a espaldas de los vecinos".
Esa negociación, cabe insistir, se produjo después de las elecciones de mayo y antes de la toma de posesión de junio, en la que se comprobó que Cacabelos había perdido la Alcaldía porque no recibió el apoyo suficiente de los otros grupos. Y si no lo logró fue, entre otras razones, porque en su mandato "no fue capaz, por motivos electorales y partidistas, de tomar ni una sola medida correctora frente a la difícil situación económica".
Por el contrario, el PP decidió "actuar de cara y con transparencia", de ahí que al pleno de ayer elevara una modificación tributaria "ajena a intereses partidistas" y, sobre todo, "necesaria y responsable", destaca Callón.
El edil incide, igualmente, en que la última revisión del IBI se efectuó en 1992, publicándose la correspondiente ordenanza fiscal en 1989. Esto supone que "se trata de una ordenanza absolutamente obsoleta, y de facto derogada, ante la entrada en vigor de la ley de 2004".
El concejal especificó que "para bienes de naturaleza urbana se fija un nuevo tipo de gravamen del 0,58%, respecto del 0,50% del anterior, mientras que para bienes de naturaleza rústica se mantiene el tipo del 0,40%, tal y como estaba, y para bienes de características especiales se fija por primera vez un tipo de gravamen, situado en el 1,3%".
El del primer caso "es un tipo de gravamen ligeramente superior al mínimo aplicable, que es del 0,40%, pero está muy por debajo del 1,10% de máximo que permite la ley", resalta Callón.
A esto añade el número 2 del PP que "dado que la Ponencia de Valores Catastrales data de 1997, la carga tributaria real soportada con este tipo de gravamen del 0,58% no es tan grande como en otros Concellos que recientemente elaboraron su Ponencia de Valores, como Meaño, Meis o Boiro".
Para aclarar esta modificación, Callón vuelve a poner un ejemplo gráfico: "Una persona con un piso de 90 metros cuadrados y un valor catastral de 27.000 euros verá incrementado su recibo en 20 euros anuales".
El adiós de Besada
Ni que decir tiene que la oposición se mostró contraria a la subida propuesta por el gobierno. Los argumentos son los mismos que se repitieron una y otra vez en las últimas semanas, por eso quizás cabe detenerse en las reflexiones del nacionalista Carlos Álvarez Besada, ya que el de ayer fue su último pleno.
El ya exedil frentista explica que "hace cuatro años el PP y AMeca nos criticaron por ajustar las tasas de basura, en un momento menos complejo que este, cuando la situación es muy preocupante y familias enteras carecen de salarios o prestaciones".
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