domingo, 12 de junio de 2011

Pérez jura y promete poner a O Grove donde se merece

Nova publicada en La Voz de Galicia

La ley exige que los concejales juren o prometan lealtad al rey y respetar y hacer cumplir la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Los creyentes juran, los que no lo son prometen. El PP de O Grove jura y promete. Ese fue ayer el modelo que la mayoría de los ediles populares escogieron para tomar posesión de sus actas. El que estrenó la curiosa fórmula fue el líder conservador y nuevo alcalde del municipio, Miguel Pérez, que además de sortear el dilema entre religión y laicismo pareció querer dar al momento una rotundidad que quiere que sea el eje de su nuevo gobierno.

Pérez expresó en su discurso de toma de posesión que, pese a que la crisis hace que no sean buenos tiempos para la inversión, espera que este nuevo gobierno del PP, apoyado por Fredi Bea y Ayda Filgueira, sea el que por fin consiga las infraestructuras pendientes en O Grove, como el pabellón de deportes, el centro de día o el auditorio. De algunas de ellas se lleva hablando casi dos décadas. De ahí que haga falta rotundidad en la acción de gobierno.

La sesión se celebró sin sobresaltos y según el guión previsto. La primera en llegar fue una sonriente Ayda Filgueira que no paraba de saludar a los vecinos que iban llegando al salón de plenos. Cuando entró Miguel Pérez, la concejala de AMeca y él se saludaron, hablaron y se sonrieron mutuamente.

La mesa de edad es la encargada de formalizar el nombramiento de los concejales. La forman el secretario municipal y los concejales más joven y más mayor. En O Grove les correspondió a Laura Besada (PP) y a Juan Otero (PSOE), respectivamente.

La escenificación del pacto

Con todos los concejales ya en el salón de plenos, la mesa de edad fue leyendo el texto que los futuros ediles tienen que jurar y prometer. Y tras hacerlo, ellos se van sentando en sus escaños. El PP sentó a cada lado de su fila a uno de sus dos socios de gobierno. De un lado Fredi Bea, del Partido Galeguista Demócrata (PGD), y del otro Ayda Filgueira, de Alternativa Meca (AMeca). Fue la forma en la que se escenificó un pacto suscrito la noche anterior y bendecido por Rafael Louzán y la dirección provincial del PP y que hizo que no hubiese mucho que votar.

Y es que el primer candidato en ser votado fue Miguel Pérez y el líder del PP meco recibió los apoyos de sus siete concejales y los dos que le faltaban para la mayoría absoluta los pusieron Bea y Filgueira. Fin del acto. El secretario hizo entrega del bastón de mando a Pérez, que volvió a jurar y prometer su cargo de regidor e inmediatamente se giró para estrechar la mano de su antecesor en el cargo, el socialista José Antonio Cacabelos.

Después hizo lo propio con todos los ediles de la oposición y con los que formarán el nuevo gobierno local. Ya en el sillón de alcalde, hizo un breve discurso en el que dijo que ahora empieza «un camiño longo e que por veces será difícil, pero que sen dúbida será apaixoante porque supón defender os intereses de todos os grovenses».

El ya nuevo regidor, que ya gobernó en minoría de 1999 al 2007, afirmó también que las estrecheces de la crisis económica no harán que deje de ser ambicioso y fijó como objetivo prioritario, además de las omnipresentes infraestructuras pendientes, la atención a las personas y a las familias.

Juego limpio

Miguel Pérez demostró ayer que es una persona tranquila y educada y un político conciliador. En su discurso de toma de posesión tuvo palabras de agradecimiento para la corporación saliente y «en especial» -dijo- para el ya ex alcalde, José Antonio Cacabelos. Del socialista aseguró que estaba seguro de que había intentado en todo momento hacer lo mejor para O Grove y para los grovenses. Aunque él crea, algo que no dijo ayer para no romper el momento, que Cacabelos haya fracasado estrepitosamente

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