La alianza socialista-nacionalista que gobierna Galicia ha aprobado una ley para que ninguna persona "partidaria de la dictadura" dé nombre a calles, plazas o edificios públicos de Galicia. Lo que pretenden es vetar a personas como Fraga, Suárez o Gutiérrez Mellado. Habrá que ver si BNG y PSOE también la aplican a insignes escritores galleguistas como Álvaro Cunqueiro o Vicente Risco, que tras el triunfo de Franco se convirtieron gustosos al falangismo, y dan nombre a numerosos colegios e institutos. Sin ir más lejos, el entonces príncipe Juan Carlos juró los principios del Movimiento.
L D (Raúl Vilas) El BNG ha impulsado una ley en el Parlamento gallego, que también han apoyado sus socios del PSOE, para que ninguna persona "representante o partidaria de la dictadura franquista" dé nombre a calles, plazas o edificios públicos –colegios, institutos, bibliotecas, hospitales...–de la región. La "memoria histórica" sirve de coartada moral a los nacionalistas para encubrir lo que esconde esta iniciativa: su odio obsesivo hacia Manuel Fraga.
El representante nacionalista que ha defendido la iniciativa, un diputado autonómico llamado Manuel Parga dijo que al PP le cuesta condenar el franquismo y volvió a la cantinela de que los populares son los herederos de esta dictadura. No deja de llamar la atención que el partido que se negó a condenar el Holocausto en el Parlamento de Galicia se dedique a repartir certificados de democracia. Tan demócratas son estos bloqueiros que un concejal de este partido en un pueblo de La Coruña se vio obligado a dimitir, asustado por el "odio" antisemita de los dirigentes nacionalistas.
El PSOE gallego como viene siendo habitual se ha sumado a esta iniciativa sectaria que han revestido como una ley para eliminar la "simbología franquista". Si toda persona, como dicen los nacionalistas, "representante o partidaria de la dictadura franquista" entre 1939 y 1977 no va poder dar su nombre a calles y edificios públicos gallegos, estamos hablando como mínimo de más del 80 por ciento de la población gallega durante los años de la dictadura.
Y afecta, especialmente, al galleguismo histórico del que pretende declararse heredero el BNG. De hecho, al menos tres de los nombres más importantes de la literatura gallega y del galleguismo de los años 30 como son Vicente Risco y Álvaro Cunqueiro, no sólo fueron "partidarios de la dictadura franquista" sino que se convirtieron en destacados falangistas. La pregunta es si la Xunta va cambiar el nombre a los colegios e institutos, que son muchos en Galicia, que llevan el nombre de Risco y Cunqueiro, entre otros muchos.
Otros destacados galleguistas del ámbito político que se convirtieron al falangismo fueron Filgueira Valverde, que llegó a ser alcalde de Pontevedra en pleno franquismo, o Eugenio Montes. Aunque menos relacionado con el galleguismo, tampoco podrá tener ningún tipo de reconocimiento en su tierra el gran escritor Gonzalo Torrente Ballester, otro destacado falangista. O el premio nobel gallego Camilo José Cela, que trabajó de censor.
EL PP de Galicia se ha opuesto a esta nueva demostración de totalitarismo del bipartito gallego. Los populares consideran además especialmente sangrante que al mismo tiempo en otras partes de España como el pueblo guipuzcoano de Zizurquil se dedique una plaza más, ya hay varias, a un etarra. Esta para el coautor de los asesinatos de Fernando Múgica y Miguel Ángel Blanco.
En una nota remitida a este diario, el el PPdeG señala que "el Gobierno bipartito de la Xunta de Galicia y los grupos parlamentarios que lo apoyan perdieron hoy cualquier rubor al avanzar un escalón más en sus intentos de manipulación de la figura del ex-presidente de la Xunta, Manuel Fraga". El diputado del PP Agustín Baamonde considera que lo sucedido en el Parlamento esta mañana fue "una estrategia premediatada, trataron de vincular al Partido Popular con el franquismo", que "evidencia la verdadera catadura moral de los socios del Gobierno bipartito, dispuestos a mentir y manipular sin límite con tal de mantenerse en el poder, aunque sea vulnerando las normas establecidas y la tradición democrática
El representante nacionalista que ha defendido la iniciativa, un diputado autonómico llamado Manuel Parga dijo que al PP le cuesta condenar el franquismo y volvió a la cantinela de que los populares son los herederos de esta dictadura. No deja de llamar la atención que el partido que se negó a condenar el Holocausto en el Parlamento de Galicia se dedique a repartir certificados de democracia. Tan demócratas son estos bloqueiros que un concejal de este partido en un pueblo de La Coruña se vio obligado a dimitir, asustado por el "odio" antisemita de los dirigentes nacionalistas.
El PSOE gallego como viene siendo habitual se ha sumado a esta iniciativa sectaria que han revestido como una ley para eliminar la "simbología franquista". Si toda persona, como dicen los nacionalistas, "representante o partidaria de la dictadura franquista" entre 1939 y 1977 no va poder dar su nombre a calles y edificios públicos gallegos, estamos hablando como mínimo de más del 80 por ciento de la población gallega durante los años de la dictadura.
Y afecta, especialmente, al galleguismo histórico del que pretende declararse heredero el BNG. De hecho, al menos tres de los nombres más importantes de la literatura gallega y del galleguismo de los años 30 como son Vicente Risco y Álvaro Cunqueiro, no sólo fueron "partidarios de la dictadura franquista" sino que se convirtieron en destacados falangistas. La pregunta es si la Xunta va cambiar el nombre a los colegios e institutos, que son muchos en Galicia, que llevan el nombre de Risco y Cunqueiro, entre otros muchos.
Otros destacados galleguistas del ámbito político que se convirtieron al falangismo fueron Filgueira Valverde, que llegó a ser alcalde de Pontevedra en pleno franquismo, o Eugenio Montes. Aunque menos relacionado con el galleguismo, tampoco podrá tener ningún tipo de reconocimiento en su tierra el gran escritor Gonzalo Torrente Ballester, otro destacado falangista. O el premio nobel gallego Camilo José Cela, que trabajó de censor.
EL PP de Galicia se ha opuesto a esta nueva demostración de totalitarismo del bipartito gallego. Los populares consideran además especialmente sangrante que al mismo tiempo en otras partes de España como el pueblo guipuzcoano de Zizurquil se dedique una plaza más, ya hay varias, a un etarra. Esta para el coautor de los asesinatos de Fernando Múgica y Miguel Ángel Blanco.
En una nota remitida a este diario, el el PPdeG señala que "el Gobierno bipartito de la Xunta de Galicia y los grupos parlamentarios que lo apoyan perdieron hoy cualquier rubor al avanzar un escalón más en sus intentos de manipulación de la figura del ex-presidente de la Xunta, Manuel Fraga". El diputado del PP Agustín Baamonde considera que lo sucedido en el Parlamento esta mañana fue "una estrategia premediatada, trataron de vincular al Partido Popular con el franquismo", que "evidencia la verdadera catadura moral de los socios del Gobierno bipartito, dispuestos a mentir y manipular sin límite con tal de mantenerse en el poder, aunque sea vulnerando las normas establecidas y la tradición democrática
Nova publicada en Libertad Digital
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