viernes, 26 de febrero de 2010

Las rebajas de Blanco

Artículo de ALFREDO AYCART publicado en ABC

Poco ha tardado el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, en sumarse a lo anunciado desde el Gobierno de Asturias: el AVE del Cantábrico, una obra emblemática, y comprometida, tendrá que esperar otro decenio, por lo menos, para ser ejecutado, sacrificadas sus traviesas en el altar de la crisis que hasta hace poco no existía y que ahora llega hasta el rellano de nuestra escalera.
Consuma así el Ministerio que preside -hace mucho más que dirigirlo- José Blanco un dato más para abonar la permanente discriminación de Galicia, sumida en esa especie de maldición por la que son muchas veces los paisanos los que más contribuyen a su aislamiento, al contrario de lo que ocurre con los de otras Comunidades, y no hay más que recordar a Magdalena Álvarez, que no tenía ningún reparo en beneficiar a la propia de forma sistemática.
El problema es que llueve sobre mojado y que al mal hay quien se empeña en añadir el agravio del insulto a la inteligencia. Víctor Morlán no tuvo ayer reparos para asegurar en el Congreso de los Diputados que la comunicación en la cornisa está asegurada por la autovía del Cantábrico -que aún sigue inacabada- y por el servicio que pueda prestar el obsoleto Ferrocarril de Vía estrecha, en el que se le debería condenar a viajar permanentemente al directivo del departamento de Fomento.
El problema es la crisis, evidentemente, pero sobre todo, la forma de abordarla, un suicidio económico sin precedentes perpetrado por un Gobierno que prefiere repartir millones a los ayuntamientos para cambiar farolas y ensanchar aceras. Pan para hoy y hambre para mañana, por mucho que se pretenda estirar el dispendio este ejercicio con nuevas obras innecesarias que tendrán una repercusión en el mercado laboral tan escasa como las realizadas en el pasado ejercicio.
Y mientras España camina inexorablemente hacia el 20 por ciento de desempleo, el Ejecutivo y su ministro de Fomento, aíslan a Galicia, quizás como castigo a la impertinencia de unos votantes que prefirieron prescindir de los servicios del desaparecido Emilio Pérez Touriño y coarta las posibilidades de desarrollo de toda la cornisa Cantábrica, al reducir sus posibilidades de comunicación.
Cuenta para ello con la inestimable cooperación del presidente asturiano, Vicente Álvarez Areces, a quien agradece Zapatero los servicios prestados intentando ponerle a la cabeza de una caja de ahorros potente por la absorción de la de Castilla - La Mancha y la adjudicación de Caixanova, si consigue torpedear finalmente la fusión planteada por la Xunta

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